lunes, 30 de diciembre de 2013

Un desplazado escribe a la vida


Por que todos somos importantes.


(Grabación improvisada a un desplazado víctima del conflicto armado interno que aún persiste en Colombia)

Hace algunos días saludé a una persona que estaba ebria. Sin razón alguna (como suele pasar cuando una persona está bajo efectos del alcohol)  me dijo: "Yo soy más importante que usted". Sé que una de las reglas cuando se habla con un borracho es no discutirle, sin embargo le respondí: "Todos somos importantes".

He aquí un ser humano, de esos que suelen pasar y permanecer invisibles al lado de nosotros. Un desplazado que le escribe a la vida, un desplazado que para mí es importante escuchar, mirar y hablarle.Por que todos tenemos una historia que contar, por que todos somos importantes...

domingo, 8 de diciembre de 2013

Fue un disparo aquel domingo.



No es imaginación, es recuerdo.

Sólo se escuchó un disparo con eco y luego silencio. Era un domingo en la tarde, día de visitas, y como muchos domingos, me dedicaba a descansar o ver televisión. Era lo único que podía hacer en el batallón, pues los turnos de guardia eran de 6 horas, dos al día, lo suficiente para dormir poco, y cualquier momento había que aprovecharlo para descansar.

Salté de la cama y cogí el fusil. Pero el silencio me hizo pensar que no era tan grave la situación. Se suponía que uno de los cuarteles militares menos peligrosos en Bogotá era el batallón guardia presidencial, pues lo único que se necesitaba era soportar largas horas de pie, aguantando el peso del casco, el fusil terciado y los proveedores a cada lado de la cintura. Lo peligroso era que la sábana del catre no estuviera templada o que el escudo del casco, la hebilla de la riata, las cucardas  o los zapatos de charol perdieran su brillo, pues eso podría significar un “tablazo” en las nalgas o en el peor de los casos un golpe en la cabeza por parte de algunos oficiales o suboficiales.

Sin soltar el fusil caminé hacia el pasillo, por el cuarto de aseo y vi algunas personas que corrían hacia el sótano, donde parqueaban los camiones del batallón. Aquel cuarto había sido el escondite del soldado Castro, un soldado compañero que había sufrido su estadía en el ejército sólo por ser gordo. La sufrió desde el primer día, cuando ninguno de los uniformes le quedó bueno y el Teniente Lozano le prometió que rebajaría de peso a como diera lugar, mientras durara en el ejército.
“¿Donde está el soldado IBM? ¡Soldado! ¿Usted sabe que significa IBM? –No mi teniente. No sé qué significa- Inmensa Bola de Mierda. Eso significa soldado. No pasan almorzar hasta que aparezca el soldado Castro, digo, el soldado IBM”. Era la rutina, el teniente Lozano lo ponía a dar 40 vueltas a la plaza de armas o hacer 40 ejercicios de piernas o 40 lagartijas cada vez que lo veía y era condición para poder almorzar él y también nosotros, que teníamos que esperar a que hiciera todos los ejercicios que le mandaban hacer. Por eso se escondía en el cuarto del aseo.

En un trote lento seguía por el pasillo en dirección a las escaleras que daban al sótano, mientras veía a algunos compañeros bajar con el fusil terciado por las gradas. Ese pasillo era Paso obligado por el tablero donde salían los listados de los turnos. Los domingos de visita había también turnos, y ese domingo el soldado Castro estaba reportado en la lista. Hacía un día había llegado de nuevo al batallón, después de haber estado casi tres meses en la finca Hatogrande, prestando guardia. Se había ofrecido para ir, y así escapar del objetivo del teniente, quien no perdonaba verlo para ponerlo a hacer ejercicios, sin importar la hora, ni el lugar: “Soldado Ladilla, cuarenta vueltas a la plaza de armas.” –ordenaba a Castro, delante de 120 soldados- “Soldado Agredo, ¿Usted sabe que significa ladilla? -¡No mi teniente!- ¡Partícula Microscópica pegada a la punta de los pelos del culo!.”
Aquel domingo el Teniente Lozano estaba en el batallón y tampoco había desaprovechado la oportunidad de darle su ración al soldado: “Soldado IBM, ¡Atalájese! ¡Acomódese la cucarda! ¡Dele una vuelta al batallón!”. Mientras, los visitantes distraían sus miradas para fijarse en el soldado Castro. Un rostro que parecía congelado en los 8 meses que llevábamos en el ejército, con unos ojos bien abiertos y el iris de color verde, mirando asustado y las gotas de sudor bajando lentamente por sus inflados cachetes blancos y para ese día colorados por las quemaduras del frío.

Seguí trotando y al bajar las gradas llegué al sótano. Algunos compañeros habían llegado antes que yo y veía como agarraban sus cabezas. Había disminuido el impulso, el caminar era ya lento.  Al acercarme, algunos soldados rodeaban a alguien que yacía sobre la silla que estaba recostada en la pared. Apenas veía sus pies, con las botas puestas y un fusil entre sus piernas. Miré la pared y vi una gran mancha roja que dejaba caer goterones hacia el piso. Detuve mis pasos. Más gente llegaba y pasaban delante de mí para saber quien era ese soldado. No quise acercarme y pregunte quien era esa persona que tenía un fusil entre las piernas. “Marica, es Castro”.


CONSEJO DE ESTADO
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCIÓN TERCERA
DECLÁRASE patrimonialmente responsable a la NACIÓN – MINISTERIO DE DEFENSA – EJÉRCITO NACIONAL por la muerte del joven LEONARDO CASTRO GONZÁLEZ, ocurrida el 20 de marzo de 1994, en las instalaciones del Batallón Guardia, Presidencial, en Bogotá.

Bogotá, D.C., veintitrés (23) de septiembre de dos mil nueve (2009)

lunes, 25 de noviembre de 2013

Campesino desplazado por la guerra en Colombia, canta a la vida.

Eduardo Cubillos fue desplazado por el conflicto armado interno. Actualmente vive en la ciudad, buscando día a día conseguir para el sustento a diario, al lado de su esposa, quien elabora artesanías. He Aquí su mensaje para el mundo, la búsqueda insaciable para que amemos la naturaleza.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Las Guerras de Colombia.

Hace algún tiempo pensaba que la verdadera guerra era aquella que vivían las miles de personas que a diario caminan sobre el asfalto buscando algo para llevar a su familia y tener algo para comer. Me refería a una guerra de seres humanos con escasos recursos económicos, La guerra contra el desempleo, la guerra contra la falta de oportunidades, la guerra contra el abandono. Pero sobre todo, me refería a la guerra contra el hambre. Esa era la guerra de la que hablaba.

Una guerra invisible, aquella que poco se muestra por los noticieros. Una guerra provocada por las necesidades básicas insatisfechas para la gran mayoría de la población (Según cifras del DANE el 64% de la población en Colombia viven en condición de pobreza). Hoy pienso igual: Sí, es una guerra. La tragedia que viven miles de hermanos colombianos, con hambre y con pocas oportunidades de salir vencedores.

Pero debo admitir hoy que aquella guerra de la que hablan los noticieros, el gobierno y de la que hablan la mayoría, es significativamente dolorosa para otra gran parte de miles de hermanos colombianos: 5.600.000 víctimas a causa del conflicto armado.

Cinco millones seiscientos mil es un número crudo y visto en letras frío, más que crudo. Pero dentro de ese número, hay almas. Seres humanos que despojados de su vida, han sido reducidos a la mínima expresión de lo que significa existir (Sí es que aún existen). Casi que a diario llegan desplazados a las ciudades principales.

Personas que su vida entera la han dedicado a tirar semilla, acostumbrados al olor de la tierra, al ruido de los pájaros y vacas, al sol que acaricia sus frutos, llegan a la ciudad. Al asfalto, al humo, al ruido de los carros, al lugar donde hay gente que se viste con corbata. Algunos llegan asustadizos, como ardillas atrapadas en la jaula de cemento. Temerosos de las personas y despojados absolutamente de su mundo material.

Personas que terminan acostumbrándose a su única pierna, viudas eternas que lloran cada fosa con la ilusión de encontrar los restos de quien algún día salió sin volver, niños que desdibujan su mundo con paredes de cemento que encierran la ilusión de correr libres por los campos, mujeres  con su pudor derrotado por una guerra eterna…

Cinco millones seiscientos mil quizá sea poco… para el valor del dolor de todos los que han sufrido la barbarie de esta guerra. Así y a pesar de todos los miles de millones de pesos que invierte el gobierno para reparar, siguen apareciendo víctimas y más víctimas.

Pensando bien, esta también es una guerra invisible. No tanto para el gobierno, ni para los medios de comunicación, paradójicamente pienso que sí es invisible para la mayoría gente de la ciudad, quien se muestra insensible muchas veces frente a una persona desplazada. Pero más que a ellos, parece una guerra invisible para algunos sectores políticos. Invisible por su actitud de propiciar más la guerra, invisible por propender más en inversión de armas, invisible sobre todo, por ser enemigos de unos diálogos, que a pesar de todos sus cuestionamientos, podrían redundar en un paz, parcial quizás en esta guerra, inútil quizá en la primera guerra a la que hago referencia, pero paz al fin y al cabo, que podría disminuir algo de lo que vivimos tristemente en nuestro país.

Mi conclusión es sencilla, quizá poco sabia, pero es esta y no otra: En Colombia no hay una guerra, son dos. Ambas cruentas, ambas crueles, ambas invisibles y ambas con enemigos: Políticos y sectores de la sociedad que evitan la paz.

Por eso es evidente que cualquier intento de evitar un asomo de paz en alguna de ellas, es un claro y evidente intento de homicidio o genocidio. Si no apoyamos la paz, apoyamos la guerra, y sí apoyamos la guerra, quiere decir que estamos de acuerdo con los muertos, con el sufrimiento, el dolor de muchos, el dolor de esos 5.600.000 más el dolor de una cifra indescifrable de los tantos miles que viven en la urbe en medio de la miseria.

Apoyar la paz es un deber. Pero la apoyamos no sólo con la simple voluntad de hacerlo. La apoyamos cuando hacemos una labor comunitaria, cuando nos solidarizamos con acciones que brinden espacios de felicidad, cuando respetamos a los demás. Pero más la apoyamos, cuando votamos por un gobierno responsable con la vida, enemigo de la guerra como discurso, pues finalmente es el gobernante quien puede tener en su decisión, políticas de estado para aportar a la paz.






viernes, 1 de noviembre de 2013

CONGELANDO LA VIDA.

Galería fotográfica en blanco y negro.
Acto simbólico que hace un llamado a la Paz y la Reconciliación.













































9 de septiembre, Plazoleta del Barrio Guayaquil
Santiago de Cali, 2013.

miércoles, 2 de octubre de 2013

La noche.

Hace muchas noches quise bajar la luna para que me acompañara. 
Fueron muchas noches.... fueron miles noches.
Era una luna menguante.
A ella se le olvido volver al cielo. 
A mi se me olvido bajar una estrella.
















martes, 27 de agosto de 2013

ODA A UNA REVOLUCIÓN




Policías del Escuadrón Antidisturbios golpean a un joven salvajemente en la cabeza, hieren a una anciana en su rostro, vuelan la mano de un campesino.

El expresidente que antes reprimía la protesta social por medio de “manos oscuras”, ahora las utiliza a su favor para ganar adeptos y así, las elecciones del próximo año.

Un juez ordena frágilmente y después de muchos días, que un joven millonario vaya a la cárcel después de haber asesinado a dos mujeres cuando conducía borracho. Aún no tiene condena.

Una señora que conozco y que vive en un rancho con su hija menor de edad, al salir de su trabajo de aseadora, es capturada por la fiscalía y condenada por ser “cabecilla de una red internacional de tráfico de personas”. Su famillia hace rifas para pagar un abogado.

Nicaragua, después de ganar un “litigio” internacional, nos quita una importante proporción del mar Caribe… y quiere más.

En enfrentamientos, mueren guerrilleros y militares. Todos de familias humildes.

Los diálogos de paz hacen un alto… suspenso, luego se reanudan.

Se pudren miles de kilos de frutas y son arrojadas en extensos campos sin uso alguno.

Doña Blanca de aproximadamente 60 años, está con su hermana mayor en el hospital, debido a que ha sufrido una fractura de cadera. Mientras en su casa, su madre y su hija de 12 años, Esperan ayuda de los vecinos para tener que comer.


Derraman miles de litros de leche.

Crónica radial: Los hombres que miran al piso.

Crónica que retrata la vida una persona que vive en la calle. A diario lucha por sobrevivir, mientras que un periodista aventurero quiere una entrevista para indagar acerca del hambre.

Recortes del documental La Ilusion. Momentos...

Trailer Documental La Ilusión

El tema de la desilusión escolar tiene su origen en una investigación desarrollada desde el campo de la sociología. Se trata de indagar aspectos del sistema educativo, haciendo énfasis en aquellos estudiantes que asisten a la institución, pero no les agrada la parte académica. Es lo que he llamado desilusión, otro tipo de deserción escolar, pues a pesar de que sus cuerpos están presentes, su mente vaga en busca de otras ilusiones.

Trailer Documental La marcha

El 6 de marzo de 2008 se llevo a cabo una marcha “En contra de los crímenes de Estado y los asesinatos de los paramilitares” convocada por el Movimiento nacional de las victimas de los crímenes de Estado. A esta marcha se unieron organizaciones sindicales, educativas, del sector de salud, desplazados, familiares de las victimas y grupos en defensa de los derechos humanos, entre muchos otros. Estas personas fueron asesinadas cuando buscaban reivindicar u organizar a sus comunidades con el fin de mejorar el acceso a las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI). Reivindicaciones que pretendían cambiar las condiciones de vida de personas como Don Juan y Puener.

Una canción desesperada

Vídeo que muestra el dilema causado por los humanos, debido al atropello cometido con los demás seres vivos... Libres los matamos, presos los desesperamos, hasta la muerte...

Hakuna Matata

Ejercicio de montaje, que anima a los personajes del vídeo Hakuna Matata... El propósito es describir elementos particulares de la Zuricata y el Tatabro.

Buscando a Marcela. Radionovela

Ejercicio de montaje: Remembranza

Ejercicio académico que busca representar la teoría de Kulechov: “El efecto Kuleschov puede definirse como cualquier serie de planos que en ausencia de un plano de situación lleve al espectador a deducir todo el espacio a partir de la visión solamente de porciones de ese espacio”.

El espejo, Sonoviso

El sonoviso es un trabajo especializado en la fotografía, donde interviene el sonido, como un elemento clave para la narratividad. El espejo narra la historia de Jimmy, un hombre común y corriente que se encuentra a sí mismo algunas noches...