Sus manos llenitas de tiempos infinitos me abrazan, buscando contagiarme del resto de sus energías...
Sus párpados se sostienen con el ímpetu de sus días y sus miradas me reflejan el amor por la vida, las ganas de mantenerse en el cosmos, cada minuto, cada instante...
Un acto de fé, es escucharme, y una fuerza que me impulsa es acompañarles...
Vale la pena vivir, vale la pena ser visibles, ante un mundo que algunas veces los ahoga y los pierde en el tiempo...
Gracias sabios del tiempo, por dejarme entrar a sus cosmos y llenarme a mí de vida.
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