¿A que hora pasó todo?
Corría sudoroso trás una pelota rota para patearla.
Las tardes eran eternas y el sonido de la máquina de coser
ambientaban los juegos que jamás llegaban a su fin.
Jugaba conmigo.
Soñaba con que algún día un pajarito se posara en mi cabeza
y creia que las palomitas cuando llegaban a los techos traían paz.
En las noches, las hormigas gigantes querían meterse por el techo de mi cuarto,
pero cerraba los ojos hasta donde más podía para que la mente se pusiera negra.
(Salían unas bolitas blancas).
El jugo de limón me convertía en un superhéroe y mi objetivo diario
era robar de la cocina leche en polvo para comer con azúcar.
Aún sueño con mi vida, mi avioncito me acompaña.
Corría sudoroso trás una pelota rota para patearla.
Las tardes eran eternas y el sonido de la máquina de coser
ambientaban los juegos que jamás llegaban a su fin.
Jugaba conmigo.
Soñaba con que algún día un pajarito se posara en mi cabeza
y creia que las palomitas cuando llegaban a los techos traían paz.
En las noches, las hormigas gigantes querían meterse por el techo de mi cuarto,
pero cerraba los ojos hasta donde más podía para que la mente se pusiera negra.
(Salían unas bolitas blancas).
El jugo de limón me convertía en un superhéroe y mi objetivo diario
era robar de la cocina leche en polvo para comer con azúcar.
Aún sueño con mi vida, mi avioncito me acompaña.
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