La tarea era
buscar un representante de la Asociación de usuarios de salud. Alguien que
fuera un modelo para incentivar la participación social y se destacara por su
liderazgo, compromiso y gestión hacia la comunidad. Aproveché una de las
capacitaciones que el grupo de aseguramiento hacía en el centro de salud la
Rivera para iniciar la tarea. Después de mucho preguntar, todos coincidían en
que la persona que buscaba era doña Colombia. Me decían que llevaba la batuta
de la liga de usuarios del centro de salud la Rivera y que gran parte de lo que se
hacía en el centro de salud dependía de la gestión de doña Colombia. Esperé con
ansias y la busqué toda la tarde, pero nunca llegó.
Las
asociaciones de usuarios son agrupaciones de personas afiliadas al régimen
contributivo, subsidiado o vinculados al Sistema general de Seguridad Social en
Salud, quienes tienen derecho a utilizar servicios de salud de acuerdo con su
sistema de afiliación y además velan por la calidad del servicio y la defensa
del usuario.
Afortunadamente había
conseguido su número telefónico y así pude contactar y programar un encuentro con
ella, en el centro de salud la Rivera. Un rostro iluminado con una leve sonrisa
y una mirada altiva y segura, con una voz amable me recibió en el puesto de
información del sitio. No hizo falta preguntar, ya los indicios me habían dicho
que estaba en frente de doña Colombia.
De acuerdo al decreto 1757
de 1994, con respecto a las Asociaciones de Usuarios, corresponde al gobierno promover
“su organización como demandantes de
servicios de salud, sobre la base de las formas de organización comunitaria.”
De ahí la necesidad de visibilizar liderazgos y formas de organización
ejemplares para motivar a la participación en este tipo de espacios.
“Cuando
llegue en el 2008, prácticamente esto estaba cerrado. Se cerraron los centros
de salud de chiminangos y el del SENA en la comuna 5. La tarea de la liga de
usuarios de la rivera, era evitar el cierre, y para eso nos tocó conseguir
recursos, incluso de personas particulares.” Así contaba su primer gran reto
dentro de las Asociaciones de usuarios. De ahí en adelante el trabajo de doña
Colombia como usuaria del servicio, se concentró en la defensa de la prestación,
pero sobre todo, en el auxilio a la comunidad, gestionando para conseguir
medicamentos, ropa y hasta alimentos.
De acuerdo al
marco legal, las Asociaciones de usuarios deben existir en todas las
instituciones prestadoras de servicios y en las administradoras de los
regímenes contributivo y subsidiado (E.P.S. y A.R.S.), Empresas solidarias de
salud (E.S.S.), Empresas sociales del Estado (E.S.E.) y
una de sus funciones es “Participar en las
Juntas Directivas de las empresas promotoras de salud e instituciones
prestatarias de servicios de salud, sean públicas o mixtas, para proponer y
concertar las medidas necesarias para mantener y mejorar la calidad de los
servicios y la atención al usuario.”
Cómo fundadora del barrio, doña
Colombia considera que uno de los grandes obstáculos que impiden la
participación en estos espacios es lo económico: “Debido a la falta de empleo,
las personas piensan que en ese espacio hay honorarios.” Para ello propone formación en las
comunidades, ayudar a la formación de líderes.
Las asociaciones de usuarios deben
establecer coordinación con comités de participación comunitaria, comités de
ética hospitalaria, junta directiva de las empresas sociales del estado,
oficina de participación social, servicio de atención a la comunidad (SAC),
servicio de atención al usuario (SIAU) y con otras organizaciones comunitarias
formales e informales (Juntas Administradora Locales –JAL-, Juntas de Acción
Comunal –JAC-, consejo territorial de planeación, voluntariados, con organismos
no gubernamentales.
Actualmente, por medio de la Liga de
Usuarios y como presidente de la Junta de Acción Comunal de la Rivera, Doña
Colombia está liderando el proyecto de establecer la Atención prioritaria en el
puesto de salud, una especie de servicio de urgencias, del cual no cuenta
actualmente los puestos de salud de la ciudad.
“Debemos tomar conciencia y
apersonarnos de los problemas de nuestro país. Porque si nosotros no lideramos,
ni tomamos responsabilidades, nunca va a pasar nada. Hay que tomar conciencia
que nosotros tenemos que dar desde lo que sabemos. Hay que buscar la forma de
afrontar el problema, tocando las puertas. Y tratar de hacer propia la
situación, no decir: eso le está pasando al vecino, no a nosotros, porque más
adelante nos puede pasar a nosotros. Y si nosotros nos unimos podemos sacar las
cosas adelante. Pero si no hay unión, no va a pasar nada.” Casi que con estas
palabras de la líder, terminábamos nuestro encuentro.
La tarea estaba
hecha, Indudablemente doña Colombia es una de esas líderes de admirar. Mientras
me iba, doña Colombia seguía en el puesto de información. Pero en mi mente
seguía hablando, seguía narrando historias maravillosas donde la protagonista
es una líder, que sin sus manitos, puede agarrar las ilusiones de muchas
personas, defenderlas y velar por sus derechos en temas de salud.
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