Esto sucede en Cali, Noviembre del 2016.
Jerónimo tiene 6 mesesitos de
vida. Está aprendiendo a gatear. Se esfuerza hasta donde más puede. No lo
logra. No puede y por ahora no lo podrá. Nació con sus piecitos doblados hacia
los lados. Necesita unos yesos correctores para que se le acomoden los pies.
Mientras, el tiempo implacable fortalece sus huesitos. Su EPS dio una cita para
que lo valoren en el 2017. Jerónimo aún no podrá gatear.
Juan vive con su esposa e hijo. Para el mundo, son una familia normal. Ambos trabajan y luchan día a día
por sacar a su hijo adelante. Es dentro de su casa cuando se enfrentan a la
vida. Todos tienen VIH. Dependen de los tratamientos médicos.
Ahora necesitan unos medicamentos que se llaman Tenofovir x 300 mg y emtricibitabina x 200 mg.
Deben tomar 1 tableta cada 24 horas. Su EPS no se las entrega. Hoy una familia entera no tiene como enfrentarse a la vida.
Gloria tiene 31 años y un síndrome
convulsivo crónico. Convulsiona en
cualquier momento y podría morir si no es asistida por alguien que le brinde
primeros auxilios. Tiene un retraso mental. Es alimentada por una sonda que le
rompe el estómago, pues no puede deglutir los alimentos. El médico le ordenó servicio
de enfermería 24 horas, 7 días a la semana, de lunes a domingo. Su EPS le
suspendió el servicio de enfermería. Su familia no tiene la experticia para
atender una situación de emergencia. Una convulsión atendida sin experiencia,
podría ser fatal.
Doris tiene cáncer de colon.
Desesperada lucha por salvar su vida. Debe tomar unos medicamentos para
resistirse al cáncer. Una, dos, tres… muchas veces ha ido a su EPS para que se
los entregue. Una, dos, tres y las muchas veces, su EPS no se los entrega. ¿Cómo
luchar así por la vida?
Jerónimo, es el hijo de todos. Juan el padre que lucha a diario por una familia. Gloria es la hermana que la vida le llegó en desventaja y Doris es la madre, que un día se enfermó.
Todos ellos son personas como ustedes, como yo.
Tienen corazón y alma, como ustedes y como yo.
Tienen ganas de despertarse mañana, tomar un baño y sentir la vida, como ustedes y como yo.
Tienen corazón y alma, como ustedes y como yo.
Tienen ganas de despertarse mañana, tomar un baño y sentir la vida, como ustedes y como yo.
Todos quieren la vida como
nosotros. ¿Por qué negarles la posibilidad de vivir?