El polvo de los sueños se levanta del asfalto irregular de las calles
a causa de las infinitas pisadas de muchos que empiezan un nuevo andar.
Las manos mallugadas por el tiempo encuentran asideros en enérgicos
y nuevos puños que empujan al abismo la desidia
y la apatía que reinaba hasta hace poco…
Aristóteles considera al ciudadano como político. Aquel que no lo sea pierde el estatus de ciudadano: “El ciudadano es aquel hombre político, que es o puede ser dueño de ocuparse, tanto personal como colectivamente de los intereses comunes y tiene participación en los asuntos públicos.”
Debemos entender que los políticos no son únicamente aquellos que gobiernan, si no que políticos podemos ser todos. Así, no solamente participamos en la política, ni somos políticos cuando vamos a votar, pues el ser político implica deliberar, proponer y ejecutar en aras de un beneficio común.
Celebro el espíritu comunitario y social que tienen muchos líderes de base, gente del común que promueven el deporte, la recreación, la educación y la cultura. Aquellos que desarrollan planes para consolidar propuestas de mejoramiento social y económico en los habitantes de su sector y sus alrededores.
Se trata de personas que sin tener una profesión, se han dedicado gran parte de sus vidas a velar por asuntos públicos, con el interés de mejorar las condiciones de vida en un sector marginado y muchas veces aislado de políticas públicas.
Se trata de políticos. Políticos en términos Aristotélicos, en la medida en que participan activamente en función de la ciudad, proponiendo y actuando en asuntos públicos. Políticos que a pesar de que afrontan por sí mismo sus propias necesidades, además de su lamentable reconocimiento económico, están en pie, luchando de manera solidaria con su gente.
Políticos somos todos, todo el tiempo.
a causa de las infinitas pisadas de muchos que empiezan un nuevo andar.
Las manos mallugadas por el tiempo encuentran asideros en enérgicos
y nuevos puños que empujan al abismo la desidia
y la apatía que reinaba hasta hace poco…
Aristóteles considera al ciudadano como político. Aquel que no lo sea pierde el estatus de ciudadano: “El ciudadano es aquel hombre político, que es o puede ser dueño de ocuparse, tanto personal como colectivamente de los intereses comunes y tiene participación en los asuntos públicos.”
Debemos entender que los políticos no son únicamente aquellos que gobiernan, si no que políticos podemos ser todos. Así, no solamente participamos en la política, ni somos políticos cuando vamos a votar, pues el ser político implica deliberar, proponer y ejecutar en aras de un beneficio común.
Celebro el espíritu comunitario y social que tienen muchos líderes de base, gente del común que promueven el deporte, la recreación, la educación y la cultura. Aquellos que desarrollan planes para consolidar propuestas de mejoramiento social y económico en los habitantes de su sector y sus alrededores.
Se trata de personas que sin tener una profesión, se han dedicado gran parte de sus vidas a velar por asuntos públicos, con el interés de mejorar las condiciones de vida en un sector marginado y muchas veces aislado de políticas públicas.
Se trata de políticos. Políticos en términos Aristotélicos, en la medida en que participan activamente en función de la ciudad, proponiendo y actuando en asuntos públicos. Políticos que a pesar de que afrontan por sí mismo sus propias necesidades, además de su lamentable reconocimiento económico, están en pie, luchando de manera solidaria con su gente.
Políticos somos todos, todo el tiempo.
muy bueno alex segui asi,estamos con vos
ResponderEliminarSi Freddy, trabajaremos para fortalecer lo que ustedes vienen haciendo!
ResponderEliminarHola, me interesó mucho este artículo muchas gracias.
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